La cultura de Guadalajara está ligada a su comida. Todos sus platillos forman parte de los hábitos cotidianos de los tapatíos y se han extendido por toda la república. Las raíces de esta comida son tan antiguas que muchas vienen desde los tiempos precolombinos y otras, de ultramar, traídas por los españoles. De esta manera, la comida típica de Guadalajara es una comida mestiza o fusión de dos culturas.
Así pues, si nos vamos a la historia, en la Guadalajara de Indias ya aparecían los fogones, metates y los petriles. Con el pasar del tiempo aparecieron mesas largas de donde se derivaron los comedores mismos que aparecieron a finales del siglo XVII y se comía en la cocina. También en el siglo XVI empezó a fundirse la cocina española con la local. Ambas, obviamente, eran muy diferentes. Los españoles comenzaron a descubrir la cocina local acudiendo a los tianguis comenzando a convivir con los indígenas. Y, por su parte, los indígenas se fueron acostumbrando a la comida peninsular al trabajar con los españoles o criollos quienes traían productos de España, mismos que se fueron fusionando con los que se producían en estas tierras, naciendo el mestizaje gastronómico.
Algunos de los alimentos indígenas eran el guajolote, el venado, palomo, codornices, liebres, gallinas de la tierra, el maíz, frutas y el cacao, que lo transformaban en una bebida llamada chocolate amenizado con maíz tostado y molido, miel y se bebía con mucha espuma. Mientras que los alimentos españoles eran la res, el cerdo, el arroz, el garbanzo, etc..
Ahora bien, en la gastronomía de la Guadalajara de hoy la torta ahogada es casi un emblema gastronómico de la ciudad principalmente ya que el "birote" (pan) salado no se elabora en ninguna otra parte, ni de México ni del mundo. Esto es debido a la altitud, temperatura, humedad, presión atmosférica y clima de Guadalajara. De esta manera el mérito pareciera llevárselo el pan de Guadalajara, cuya diferencia con el pan de otras ciudades y países, es notoria.
Lo que es una realidad es que si realmente alguien quiere probar la verdadera comida de Guadalajara tendría que ir a un mercado local: el mercado de San Juan de Dios, o el mercado Corona.
En México, y en este caso en Guadalajara, un mercado vende frutas y verduras frescas, pero también tiene puestos donde se puede encontrar lo más típico de nuestra comida. Contemplar los colores del mercado, ver cabezas de puerco en los puestos, nopales, sentirse envuelto por el seductor olor de cebollas y chiles secos, y verse rodeado de costales de arroz y frijoles, es una sensación única y un sueño de un gourmet.
Los puestos de comida están en una sección especial del mercado. Cada puesto generalmente consiste en un local con una parrilla grande que nos da un rico olor vaporoso de cebollitas y tiras de carne cocinándose. Además no pueden faltar una colorida selección de refrescos embotellados o aguas frescas, jugos o licuados. Cada puesto tiene su especialidad. Y si el mercado no es lo tuyo, también puedes elegir la opción de ir a un restaurante y encontrar los mismos platillos de tal forma que, independientemente de tu antojo o tu gusto, en Guadalajara hay de todo para satisfacer a todos.
Jalisco es un estado con abundante gastronomía con muchos platillos que aquí nacen. Ahora bien, hay algunos platillos distintivos de la cocina jalisciense que han llegado a ser emblemáticos de esta región del país.
El número uno de los platillos es, sin duda, la torta ahogada. La torta es un platillo conocido en todo México y que consiste en un bolillo partido a la mitad y al que se le puede poner de todo: jamón, huevos, chorizo, carne, y generalmente se le pone jitomate, frijoles y, desde luego, chiles jalapeños. En Guadalajara las tortas se "ahogan" en una salsa roja picante y llevan cebollas rebanadas. Las "ahogadas" se sirven en platos soperos ya que éstos se llenan de salsa. Además, algo muy distintivo es que se usa un pan único que se llama "birote", un poco más salado y duro que el bolillo tradicional. La Torta Ahogada se rellena con carnitas. Y algo interesante es que la torta se sirve con una cuchara para luego poder "sopear" la salsa y lo que queda de pan y carne.
Guadalajara también tiene su propio Pozole, el Tapatío. El pozole es un caldo con granos de maíz que se sirve rojo, blanco o verde. El pozole de Jalisco puede ser rojo o blanco, e incluye carne de puerco o pollo y se le puede añadir lechuga, cebolla, rábanos, sal, limón, aguacate, queso y orégano.
Además Guadalajara tiene Birria que es otro platillo también muy tapatío y está, generalmente, hecho de carne de chivo y se baña en una salsa de chiles y especias, luego se envuelve en hojas de maguey y se coloca en recipientes de barro que sirven para depositar el platillo en un hoyo, bajo la tierra, donde se cocina sobre piedras calientes durante unas 4 ó 5 horas. La Birria se puede comer en tacos, deshebrada y acompañada por alguna salsa, o en el rico caldo que resulta de su cocimiento.
Otro platillo de Guadalajara es la Carne en su Jugo. Es como un consomé que se sirve con frijoles, pedazos de res y se enriquece con el algunos trocitos de tocino, cebolla picada, cilantro, sal y limón.
Y de postre, o de "dulce" (como se le llama al postre) Guadalajara tiene la Jericalla. Cuenta la historia que había una monja española que trabajaba en un orfanato de Guadalajara donde había muchos niños desnutridos y para que se alimentaran mejor, con más proteínas y nutrientes, la monja inventó una especie de flan usando leche, huevos, azúcar y canela. Pero un día la monja dejó su preparación, sin querer, más tiempo en el horno y se le quemó levemente, pero al probarlo se llevó la sorpresa de que el postre sabía aún más rico y resultó ser unéxito ya que le encantó a los niños. De esa manera pronto se empezó a servir por todo Guadalajara y por todo Jalisco. Así pues este rico flan fue bautizado como "Jericalla" por la región de Jérica, España, de donde provenía la monja que la inventó.
La gastronomía de la Guadalajara del SXXI se ha unido a la gastronomía mundial. Y hoy en día, en Guadalajara, se puede encontrar todo tipo de comida de los lugares más remotos del mundo en una gran cantidad de restaurantes de alto nivel.
Así pues, si nos vamos a la historia, en la Guadalajara de Indias ya aparecían los fogones, metates y los petriles. Con el pasar del tiempo aparecieron mesas largas de donde se derivaron los comedores mismos que aparecieron a finales del siglo XVII y se comía en la cocina. También en el siglo XVI empezó a fundirse la cocina española con la local. Ambas, obviamente, eran muy diferentes. Los españoles comenzaron a descubrir la cocina local acudiendo a los tianguis comenzando a convivir con los indígenas. Y, por su parte, los indígenas se fueron acostumbrando a la comida peninsular al trabajar con los españoles o criollos quienes traían productos de España, mismos que se fueron fusionando con los que se producían en estas tierras, naciendo el mestizaje gastronómico.
Algunos de los alimentos indígenas eran el guajolote, el venado, palomo, codornices, liebres, gallinas de la tierra, el maíz, frutas y el cacao, que lo transformaban en una bebida llamada chocolate amenizado con maíz tostado y molido, miel y se bebía con mucha espuma. Mientras que los alimentos españoles eran la res, el cerdo, el arroz, el garbanzo, etc..
Ahora bien, en la gastronomía de la Guadalajara de hoy la torta ahogada es casi un emblema gastronómico de la ciudad principalmente ya que el "birote" (pan) salado no se elabora en ninguna otra parte, ni de México ni del mundo. Esto es debido a la altitud, temperatura, humedad, presión atmosférica y clima de Guadalajara. De esta manera el mérito pareciera llevárselo el pan de Guadalajara, cuya diferencia con el pan de otras ciudades y países, es notoria.
Lo que es una realidad es que si realmente alguien quiere probar la verdadera comida de Guadalajara tendría que ir a un mercado local: el mercado de San Juan de Dios, o el mercado Corona.
En México, y en este caso en Guadalajara, un mercado vende frutas y verduras frescas, pero también tiene puestos donde se puede encontrar lo más típico de nuestra comida. Contemplar los colores del mercado, ver cabezas de puerco en los puestos, nopales, sentirse envuelto por el seductor olor de cebollas y chiles secos, y verse rodeado de costales de arroz y frijoles, es una sensación única y un sueño de un gourmet.
Los puestos de comida están en una sección especial del mercado. Cada puesto generalmente consiste en un local con una parrilla grande que nos da un rico olor vaporoso de cebollitas y tiras de carne cocinándose. Además no pueden faltar una colorida selección de refrescos embotellados o aguas frescas, jugos o licuados. Cada puesto tiene su especialidad. Y si el mercado no es lo tuyo, también puedes elegir la opción de ir a un restaurante y encontrar los mismos platillos de tal forma que, independientemente de tu antojo o tu gusto, en Guadalajara hay de todo para satisfacer a todos.
Jalisco es un estado con abundante gastronomía con muchos platillos que aquí nacen. Ahora bien, hay algunos platillos distintivos de la cocina jalisciense que han llegado a ser emblemáticos de esta región del país.
El número uno de los platillos es, sin duda, la torta ahogada. La torta es un platillo conocido en todo México y que consiste en un bolillo partido a la mitad y al que se le puede poner de todo: jamón, huevos, chorizo, carne, y generalmente se le pone jitomate, frijoles y, desde luego, chiles jalapeños. En Guadalajara las tortas se "ahogan" en una salsa roja picante y llevan cebollas rebanadas. Las "ahogadas" se sirven en platos soperos ya que éstos se llenan de salsa. Además, algo muy distintivo es que se usa un pan único que se llama "birote", un poco más salado y duro que el bolillo tradicional. La Torta Ahogada se rellena con carnitas. Y algo interesante es que la torta se sirve con una cuchara para luego poder "sopear" la salsa y lo que queda de pan y carne.
Guadalajara también tiene su propio Pozole, el Tapatío. El pozole es un caldo con granos de maíz que se sirve rojo, blanco o verde. El pozole de Jalisco puede ser rojo o blanco, e incluye carne de puerco o pollo y se le puede añadir lechuga, cebolla, rábanos, sal, limón, aguacate, queso y orégano.
Además Guadalajara tiene Birria que es otro platillo también muy tapatío y está, generalmente, hecho de carne de chivo y se baña en una salsa de chiles y especias, luego se envuelve en hojas de maguey y se coloca en recipientes de barro que sirven para depositar el platillo en un hoyo, bajo la tierra, donde se cocina sobre piedras calientes durante unas 4 ó 5 horas. La Birria se puede comer en tacos, deshebrada y acompañada por alguna salsa, o en el rico caldo que resulta de su cocimiento.
Otro platillo de Guadalajara es la Carne en su Jugo. Es como un consomé que se sirve con frijoles, pedazos de res y se enriquece con el algunos trocitos de tocino, cebolla picada, cilantro, sal y limón.
Y de postre, o de "dulce" (como se le llama al postre) Guadalajara tiene la Jericalla. Cuenta la historia que había una monja española que trabajaba en un orfanato de Guadalajara donde había muchos niños desnutridos y para que se alimentaran mejor, con más proteínas y nutrientes, la monja inventó una especie de flan usando leche, huevos, azúcar y canela. Pero un día la monja dejó su preparación, sin querer, más tiempo en el horno y se le quemó levemente, pero al probarlo se llevó la sorpresa de que el postre sabía aún más rico y resultó ser unéxito ya que le encantó a los niños. De esa manera pronto se empezó a servir por todo Guadalajara y por todo Jalisco. Así pues este rico flan fue bautizado como "Jericalla" por la región de Jérica, España, de donde provenía la monja que la inventó.
La gastronomía de la Guadalajara del SXXI se ha unido a la gastronomía mundial. Y hoy en día, en Guadalajara, se puede encontrar todo tipo de comida de los lugares más remotos del mundo en una gran cantidad de restaurantes de alto nivel.
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